Todo apunta a que sí, pero con muchos matices.

En todos los ámbitos y, lógicamente en el ámbito de la farmacia, vivimos inmersos en un proceso de digitalización en el que la tendencia se centra en la optimización de procesos, en la eliminación de tareas repetitivas y en la simplificación del día a día en aras de una mayor eficiencia y productividad, reducción de costos y un alto grado de sostenibilidad.  En el caso de la farmacia, debemos añadir, en aras a una mejora en la atención y servicio de calidad al paciente.

Por poner algunos ejemplos, podemos hablar del proceso de compra, donde a golpe de tecla podemos generar un pedido optimizado, consultar a priori la disponibilidad de stock en los distintos almacenes, enviar el pedido al proveedor más idóneo y gestionar las faltas en el mismo momento, aplicar albaranes electrónicos, gestionar vales electrónicos de estupefacientes, etc., etc.

También el proceso de venta actual está a años luz del proceso de venta de hace unos años (no tantos, realmente).  Más información in situ sobre los productos,  procesos de atención farmacéutica, códigos datamatrix, aplicación automática de promociones, ventas cruzadas, tarjetas de fidelización, utilización de cajones inteligentes, sistemas de pago electrónico, app de venta, kioscos digitales…

Son solo dos ejemplos, pero todos conocéis de sobra los cambios, más o menos revolucionarios, que vuestras farmacias han ido adoptando a todos los niveles.

Y no sólo la farmacia en sí está evolucionando a pasos agigantados.  También las administraciones, nacionales y autonómicas, han ido implantando nuevos sistemas en busca de una mayor efectividad y control en la cadena asistencial: Receta Electrónica, SEVeM, Libros Electrónicos…

En este entorno de modernización y evolución, no obstante, nos encontramos con un proceso que no ha sufrido cambios desde hace mucho tiempo y que resulta claramente anacrónico.  Seguimos recortando precintos de las cajetillas de los medicamentos para pegarlos en unas hojas como paso indispensable para poder realizar la facturación de recetas.  Todo farmacéutico y auxiliar de farmacia conoce todas las implicaciones (y complicaciones) que este “sencillo” acto conlleva.  No vamos a contaros nada nuevo al respecto.

Pues bien, parece que se ha puesto el foco sobre este proceso con miras a su desaparición.

Abriendo camino y como pionera de este cambio se sitúa la Conselleria de Sanitat de la Generalitat Valenciana, quien ha implantado en la provincia de Castellón, tras una fase de pilotaje, un nuevo procedimiento por el que se sustituye el cupón precinto como justificante de la dispensación por la comunicación del código datamatrix mediante la verificación y desactivación del mismo en el entorno de Nodofarma y SEVeM.

Esto se traduce en que, si al dispensar un medicamento se verifica y se desactiva en el sistema SEVeM, se dará por justificada la dispensación a efectos de facturación de recetas, no siendo ya necesaria la presentación del cupón precinto para facturar.

El procedimiento de verificación y desactivación en SEVeM no implica nada nuevo, pues hace ya tiempo que se está aplicando a nivel nacional, siendo obligatorio en toda dispensación de productos incluidos en dicho sistema (los que conocemos como ‘serializables’, con código datamatrix).  Por tanto, no hay ningún cambio a nivel operatoria de cara al usuario.

Ahora bien, en este contexto, no todas las dispensaciones quedan exentas de tener que seguir presentando el cupón precinto.  Se tendrá que seguir el método habitual en todas las dispensaciones de productos no sujetos a control SEVeM (por ejemplo fórmulas o productos carentes de código datamatrix), así como en las dispensaciones en las que no haya sido posible la verificación SEVeM (por fallos de lectura del scanner, caídas del sistema de verificación, etc.), si bien en este último caso se tendrá que indicar el motivo.

Como ya hemos comentado, actualmente el nuevo método está implantado sólo en Castellón (ha tenido una fase de pilotaje a modo dual, aplicándose plenamente ya desde el pasado 23 de septiembre).  Previsto está que, a no mucho tardar, se unan a este sistema las provincias de Alicante y Valencia, quedando en el aire si este sistema se afianzará y si llegará a hacerse extensivo al resto del territorio español.

Por nuestra parte,  hemos adaptado el módulo de dispensación de Receta Electrónica de Farmatic para Castellón, a fin de que fuera posible trabajar en las dos modalidades (con y sin cupones precinto).

Esta adaptación ha supuesto que el proceso de verificación SEVeM se realice directamente en el módulo de Receta Electrónica en el momento de la dispensación (anteriormente podía optarse por realizar este paso a posteriori, al formalizar la venta en Farmatic) y que se envíen al Servicio de Salud los códigos datamatrix verificados junto al resto de datos de la dispensación.  Además, en el caso de no lectura de datamatrix en algún producto serializable (incluido en sistema SEVeM), se solicita indicar la causa de esta carencia (presentándose la lista de motivos admitidos oficialmente).  La impresión de COM en dispensaciones que no precisen cupón precinto se deja a elección de cada usuario, si bien siempre se imprimirá en caso de dispensación de recetas en papel, pues es requerido para la presentación de estas aún sin necesidad de pegar el precinto.

Como siempre, seguiremos atentos a cualquier cambio, garantizando que las farmacias usuarias de Farmatic dispongan en tiempo y forma de todas las modificaciones necesarias para que puedan cumplir con cualquier nueva normativa nacional o territorial que les afecte.